miércoles, 15 de octubre de 2008

En todo mundo, hay...

Hasta donde describí mi modo de ver jumadan, era todo muy "lindo", que fue la imagen que quise dar al principio, pero todo tiene algo, un defecto, que no es culpa de el clima, de el volcán, de las montañas, o tal ves de ellas si, pero no es la culpa del árbol, no de el sol ni la luna, y menos que menos del lago, sino que el problema de jumadan son los pensamientos mios al que llevo yo cuando quiero poder distraerme. Todo es acarreado por algo a jumadan, y soy yo el que lo acarrea. El problema que ataca ahora es el amor, eso que si se controla bien, esta bien, se es feliz, pero en un mundo perfecto, ¿haría falta el amor?. Cuando un día, amargado por un problema de "amor" fui a jumadan y me encontré con que el sol y la luna no estaba, el lago estaba turbulento con un color mas oscuro q el rió de La Plata, el árbol, que ultimamente estaba de colores esplendidos, estaba casi ya sin hojas, el volcán se había tapado, y las montañas no se veían. No me atreví a entrar a mi casa, ni ir hasta el borde del muelle, solo me senté al lado de mi árbol, a conversar y preguntarle que había pasado, llame a la luna para poder olvidarme de mi amor, pero no vino, por suerte el sol no apareció para mostrar el horrendo lago de color que no conocía pero que no daba gusto verlo. De pronto cae por delante de mi, la ultima hoja de mi árbol, el cual se poso sobre mi rodilla. Me acosté y solo lo que hice fue cerrar los ojos y volví a mi vida cotidiana, donde me predispuse a olvidar. Cuando estaba predispuesto a limpiar a jumadan, llegue y todo era como antes, el lago que parecía un espejo por el sol, mi árbol lleno de hojas, el volcán limpio y con una oscuridad que daba tranquilidad, las montañas se veían hermosas y tenebrosas a mi pensar, el muelle y la luna, a la cual le dije que estaba hermosa. Todo estaba como antes, pero algo me llamo la atención, observe algo a la mitad de la montaña derecha, se veía un punto marrón, entre el manso bosque de arces. Le pregunte al árbol que había sucedido, quien volvió todo a la tranquilidad de judaman y que era aquel punto marrón entre mi bosque de arces, el solo me dijo, que cuando tenga las agallas de escalar hasta aunque sea la mitad alguien iba a estar ahí, para ayudarme a llegar a la cima, que ese alguien era quien había ordenado todo, le pregunte como se llamaba, si era hombre o mujer, si era como yo?, el por ultima ves me dijo: "solo te diré que cuando te encuentres con aquella mujer, te completaras y te olvidaras de jumadan, porque ya no tendrás nada que hacer aquí". Ahora yo me pregunto ¿Quiero dejar jumadan?.

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